sábado, 18 de agosto de 2012

MÚSICOS DE ESPAÑA - Asturias

La canción asturiana, asturianada, tiene como en todas las regiones un origen eminentemente popular.
Estilos de composiciones musicales asturianas, tradicionales o de autor son:

- Las vaqueiraes
- Las tonaes soberanes
- Las tonaes arrieres
- Las tonaes dures y
- Las tonaes de la tierra.

Compositores como Del Valle, Sáez, Lavandera, Baldomero Fernández, Del Fresno y Torner influyeron notablemente en el desarrollo de la música asturiana. Fue a primeros del siglo XX cuando la música vocal asturiana vivió sus mayores años de gloria, muy especialmente la tonada. Paulatinamente pierde su nombre para adquirir el de asturianada.

No se han encontrado testimonios escritos sobre la tonada hasta 1885. El avilesino Rufino González-Nuevo y Miranda (1831-1921), fue pionero de la música asturianista, ya que suyo fue el primer cancionero publicado sobre la lírica popular asturiana, aunque es cierto que no se trata en puridad de un auténtico cancionero sino de un popurrí, tan característico de su época. Cabe pues inscribirle en una tendencia musical nacionalista con sus dos colecciones para piano sobre cantos populares asturianos, tituladas 'Todo por Asturias. Primer capricho pot-pourrístico' (1885), que recoge una suite de quince temas populares y una composición propia, y 'Todo por Asturias. Segundo capricho pot-pourrístico' (1887), con otros quince temas de similares características.

A pesar de no se haya encontrado ni investigado en profundidad el origen aún “oculto” del género, puede creerse que, como el flamenco en Andalucía, la canción asturiana hunde su raíz en el mismo corazón histórico del pueblo. La tonada, por eso, muestra una parte de el folklore, de ese “espíritu del pueblu” que estudiaron los filósofos del Romanticismo.

La tonada asturiana moderna nace del encuentro entre los compositores del Nacionalismu Musical Asturianu, movimiento musical que se corresponde con otros similares de Europa y América, y las voces tradicionales de la época.

Diez son el número de voces de aquellos primeros años de siglo XX que alcanzaron la consideración de clásicos. Diez voces que nacieron en el escaso intervalo de tiempo de doce años y que, del mayor al más pequeño, fueron:


 Ángel González Rodríguez (1889-1955), El  Maragatu, considerado de manera unánime por cantantes, musicólogos, aficionados y periodistas de su época como el intérprete número uno de la canción asturiana.

José Menéndez Carreño (1890-1978), Cuchichi,nació en Oviedo.
Empezó a cantar siendo muy joven y en 1905, ingresó en la Agrupación Coral e Instrumental Ovetense, que posteriormente se llamaría Orfeón Ovetense.

En 1914 fue escogido por Eduardo MartínezTorner para ilustrar un ciclo de conferencias-concierto en la Universidad de Oviedo sobre la música popular de Asturias.

En el Orfeón Ovetense coincició con JoséMaría artínez Suárez (Boton), con el que formaría dúo y, de nuevo de la mano de Eduardo Martínez Torner. viajaron a Cuba y Florida en el año 1917. Volvieron a estas tierras cubanas y mexicanas en 1924.



A la vuelta de estos viajes, el Orfeón organiza un concierto.homenaje que sería de donde nació el grupo Los Cuatro Ases, cuarteto que formarían Cuchichi, Botón, Miranda y Claverol. El cuarteto duró hasta el fallecimiento de Botón en 1941, en el que el cuarteto se disolvió.

Perteneció al Orfeón Ovetense y grabó su primer disco en La Habana en 1918. Formaría parte de los Cuatro Ases, cuarteto en los que tomaron parte Botón, Miranda y Clavero, durante más de 20 años.
Los Cuatro Ases

José Martínez Suárez (1892-1942), Botón, fue uno de los componentes de los Cuatro Ases. Igualmente perteneción al Orfeón Ovetense. 

Enrique Claverol Estrada (1892-1950), Claverol, fue uno de los tenores del grupo Los Cuatro Ases.

Vicente Miranda Rodríguez (1897-1975), Miranda. Componente del cuarteto de música asturiana Los Cuatro Ases. . En 1929, tras una actuación en la Exposición Internacional de Barcelona ante el Rey de España Alfonso XIII, el monarca decidió conceder la Medalla al Mérito del Trabajo a los miembros de Los Cuatro Ases.

Quin, el Pescador y
El Polenchu de Grao

Enrique Cienfuegos Martínez (1893-1952), Quin el Pescador

Prudencio Merino Álvarez (1897-1953, El Polenchu de Grao

Santos Luciano Sánchez Muñiz (1895-1948), Santos Bandera, fue considerado maestro de ayeranes.

Obdulia Álvarez Díaz (1896-1960), La Busdonga, En la década de los años 20 el compositor y pianista Baldomero Fernández trabajó con ella y Ángel González, El Maragatu; de esa colaboración salieron las principales tonadas dentro de este género.

Joaquín Martínez González
(Xuacu'l de Sama)
Joaquín Martínez González (1900-1935), Xuacu’l de Sama, ingresa en el Coro Santiaguín, donde recibió su formación musical y conoció a lo más granado de la canción asturiana. En varias ocasiones coincidió con Los Cuatro Ases, Juanín de Mieres o Lauro Menéndez.

A estas diez voces, a lo largo del siglo y hasta nuestros días fueron sumándose las de otra larga serie que siguen formando parte de la memoria colectiva de la música asturiana, como:
José Santos, Pepe’l Pantuxu de Sama, Laureano Menéndez González, Lauro, Manuel Alonso Díaz, El Panaderu, Juan Menéndez Muñiz, Juanín de Mieres, Josefina Fernández, Leonides Fernández, Diamantina Rodríguez, Luís Rodríguez García, El Ruiseñor de Carreño, José Ramón Morán Huergo, Morán, José Requejo Castañón, Pepe Requejo, Silvino Argüelles, José Noriega, Enrique García Palicio ,L’Abogáu....

En el libro La Tonada, los estudiosos Xaime Gabriel González Arias e Ismael González Arias opinan que, dentro de el terreno musical, no sólo puede hablarse de Asturias, ni puede reservarse el género de canción asturiana a las fronteras actuales, al estar el género disperso históricamente por los territorios de lo que los estudiosos llaman dominio lingüístico astur. Así, además de Asturias, este género se adscribiría a comarcas vecinas de Lugo, León y Cantabria.


Cuando vienes d'arrendar
Silvia Suárez y Moisés Martínez

A esto es interesante añadir que durante el tiempo que estuvo viajando por España con el grupo teatral La Barraca, el poeta Federico García Lorca, estudioso del folclor, recogió también canciones populares de Asturies y, en su célebre conferencia, “Les añaes infantiles”, muestra el influjo que las canciones intantiles de Asturias (“añaes”) y Galicia tuvieron en el folklore andaluz.
Hemos visto las voces más sobresalientes de la asturianada. Sobresalientes gracias a grandes compositores con los que se forma el círculo de la música asturiana.

Eduardo Martínez Torner (Oviedo, 1888 - Londres, 1955) fue un musicólogo, compositor y concertista. Alumno de Ignacio Ruiz de la Peña, organista de la catedral de Oviedo, cursó estudios de piano en Madrid. De 1912 a 1914, estudió en la Schola Cantorum de París con Vincent d’Indy.

Fue becado en 1916 por la Diputación de Asturias para proseguir sus estudios en Madrid. Colaboró con Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos, llegando a dirigir la sección de Musicografía y Folklore. En 1920 publicó el Cancionero musical de la lírica popular asturiana. Alojado en la Residencia de Estudiantes, participó con Jesús Bal y Gay en la recogida de materiales para lo que constituiría el Cancionero gallego publicado más de 40 años más tarde.

Martínez Torner fue capital en la revalorización del repertorio para vihuela del siglo XVI. Fruto de su trabajo con fondos bibliográficos antiguos son Colección de vihuelistas españoles del S.XVI y Narváez: El Delfín de la Música. 1538. Martínez Torner compuso dos zarzuelas: La promesa y La maragata.

Entre sus obras, destacan el Cancionero de la lírica popular asturiana (1920), Temas folklóricos. Música y poesía (1935),Lírica hispánica. Relaciones entre lo popular y lo culto (1966) y el Cancionero gallego (1974).


El Baile (E. Martínez Torner)
Coral Avilesina
Directora, Elena Baigorri

Se exilió en Londres al comienzo de la Guerra Civil Española y colaboró con programas de folklore en la BBC. Aparentemente preparaba su regreso a España en los meses anteriores a su muerte.

Baldomero Fernández
Baldomero Fernández Casielles (1871–1934). Nació en Oviedo. Músico y escritor ocasional en lengua asturiana. Fue Baldomero Fernández, al decir de algunos investigadores que se ocuparon de su figura, un hombre dotado para la composición y la ejecución musicales que por circunstancias adversas vio malograda su carrera como artista.

Interesado por el folclore tradicional, armonizó infinidad de melodías populares. Según afirma José Benito Álvarez-Buylla (1977) quiso “elevar las canciones asturianas al nivel de lieder de concierto”. En palabras d’Álvarez-Buylla, Baldomero Fernández “no es puramente un musicólogo o un coleccionista de antigüedades sino sobre todo un auténtico creador”.

Como soporte a su labor de recreación de obras tradicionales, creó en 1914 Canciones Asturianas, que agrupa cuarenta obras populares, armonizadas tanto para piano como para canto.

Es autor de diversas composiones inspiradas en la música tradcional asturiana; entre ellas De la tierrina (Danza asturiana para orquesta), Alborada para quinteto de cuerda y piano; Danza Vaqueira, para piano solo; Aramo, bellísimo Aramo o Rapsodia asturiana, ambas para piano.

Tanto en Asturias como en las colonias de emigrantes de Cuba y Argentina se representa con gran éxito el monólogo, en lengua asturiana, titulado Un día en Uvieo.

Murió en la miseria. Acompañando al piano a las proyecciones de películas de cine mudo.


Gabriel Martínez García publicó una biografía del músicu y compositor uvieín en 1975.

Anselmo González del Valle y González Carvajal (1852-1911). Silvio Itálico, seudónimo del escritor Benito Álvarez- Buylla, decía en 1924 sobre la grandeza de esta figura como compositor, pianista y erudito que, seguramente, le harían más justicia las generaciones venideras: "Tuve la ocasión de profundizar en la vida y en la música de González del Valle, mientras hacía mi tesis doctoral, y puedo afirmar que fue uno de los personajes que más contribuyó al desarrollo de Asturias en la etapa que va de la segunda mitad del XIX a los primeros años del XX; especialmente a nivel cultural, pero también en lo social y lo económico. Es pues casi de justicia este merecido homenaje".

Anselmo González del Valle nace en la ciudad de La Habana el 26 de octubre de 1852. Su padre, Anselmo González del Valle y Fernández Roces, había emigrado de Oviedo a Cuba en 1840 y allí se establece como empresario.

Comenzó los estudios de primaria en el Colegio de Belén de La Habana y, con seis o siete años, se inicia en el arte de la música con un tío materno, Manuel Francisco González Carvajal, al que familiarmente llamaban “tío Pancho”. Anselmo y Emilio Martín, su hermano, son enviados a vivir a Oviedo, permaneciendo el padre en La Habana al frente de sus numerosos negocios.

En 1863 los dos hermanos comienzan sus estudios de bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Oviedo, donde el compositor se gradúa como Bachiller en Artes en 1869. En aquella época coincidieron en el Instituto de Oviedo con los escritores Leopoldo Alas (Clarín) y Armando Palacio Valdés. Tanto Clarín como Palacio Valdés relatan en sus obras como organizaron en la casa de los González del Valle una especie de ateneo cultural juvenil en el que hablaban de historia, literatura o arte, representaban obras teatrales, etc. Y parece que ya en su adolescencia González del Valle destacaba como pianista, tal como señala Palacio Valdés: “Por fin, uno de los dueños de la casa [se refiere a Anselmo] nos hacía oír en el piano algunas sonatas o trozos de ópera, pues ya entonces era un maravillosos pianista”.

Probablemente, al mismo tiempo que el bachillerato, Anselmo comienza sus estudios musicales con Víctor Sáenz. Es necesario mencionar aquí la inmensa labor de don Víctor Sáenz en Asturias: fue organista de la Catedral de Oviedo, director de varias bandas de música, fundador de la Academia de Música San Salvador de Oviedo, autor de varias composiciones musicales y, sobre todo, gran maestro de varias generaciones de músicos y compositores asturianos.

El escritor Constantino Suárez, en su obra Escritores y artistas asturianos, señala que “al mismo tiempo que su preparación universitaria, Anselmo González del Valle realizó estudios musicales con los mejores maestros de Oviedo y Madrid”.

Posiblemente fue el músico Charles Beck uno de los que más influyó en la formación pianística de Anselmo. Beck fue Primer Premio de Piano del Conservatorio de París y se estableció en Madrid desde finales del XIX como profesor de piano, destacando también su actividad como concertista.

En sus viajes por ciudades como Madrid o Barcelona, pero también fuera del ámbito nacional (París, Berlín, Leipzig o Roma) Anselmo tocaba como amateur en conciertos de carácter privado. Autores como Antonio García Miñor señalan que “pudo ser en su época uno de los primeros pianistas de Europa, pero despreció los más fabulosos contratos para anclar definitivamente su vida a Oviedo”.

 En 1879 González del Valle es nombrado académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuya sección de música se había creado recientemente. Tenía por entonces 27 años y ya era una de las personas de más relieve en la región, tanto desde el punto de vista social como cultural. A lo largo de su vida González del Valle reúne una biblioteca musical de renombre en su época y que, aún hoy, puede ser considerada de gran valor. Llegó a poseer una colección de más de 20.000 partituras; una parte de esta biblioteca la conservan los nietos del compositor y la otra fue adquirida en 1947 por el Instituto Español de Musicología (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), de Barcelona.

González del Valle mantuvo relación con algunas de las personalidades más relevantes de la cultura española. Conoció a escritores, pintores y músicos como Francisco Asenjo Barbieri, Jesús de Monasterio, Tomás Bretón, Emilio Arrieta o Felipe Pedrell. Con Pedrell, que fue el padre del Nacionalismo musical español, tuvo Anselmo una estrecha relación, y le proporcionó varios temas tradicionales asturianos para su Cancionero Musical Popular Español (1922). Además, fue socio honorario de la Sociedad de Conciertos de Madrid.

Se han catalogado unas setenta composiciones suyas. Constituye un caso bastante peculiar como compositor, ya que toda su obra está escrita para piano, el instrumento que dominaba. Compuso seis Rapsodias españolas para piano, las añadas Yes nidia y No llores,  y los temas Paxarinos y No la puedo olvidar de la obra Veinte melodías asturianas para piano.

La Rapsodia asturiana sobre aires populares para piano, nº 2, op.27 fue compuesta alrededor de 1890. Está dedicada “a su amigo don Teodoro Cuesta, músico y poeta asturiano” y va precedida por dos de sus poemas: Asturias y La romería. La Rapsodia se abre con el tema de danza prima La virgen de Covadonga y luego se van desarrollando otras canciones tradicionales como No se va la paloma o Nadie plante su parra. La Rapsodia termina brillantemente, como queriendo imitar el final de una romería asturiana, con un popular y enérgico baile de gaita.

En La portada de la partitura de Rapsodia  figuran diversos símbolos asturianos: Don Favila contra el oso, un carbayón (roble), la Cruz de la Victoria rematada por la corona real (escudo del Principado), y la catedral de Oviedo.

Ignacio Piñeiro Martínez
Ignacio Piñeiro Martínez (1888-1969). Célebre autor de rumbas, claves y sones. Fundador del Sexteto Nacional. Uno de los más notables creadores de la música popular cubana del siglo XX. Nació el 21 de mayo de 1888 en el barrio de Jesús María, de la ciudad de La Habana. Siendo niño se trasladó con su familia al barrio de Pueblo Nuevo, donde se inició en la música popular y folclórica cantando en coros de claves infantiles.

Fue quien compuso en 1926 Asturias Patria Querida, según las últimas investigaciones realizadas por Fernando de la Puente Hevia. Hizo la canción para homenajear a su padre, Marcelino Roidríguez, que era asturiano de Grado y había vuelto a Asturias para morir. Se sospecha que la melodía fue adaptada de una que cantaban mineros polacos que iban a trabajar a las minas de las Cuencas Mineras del Caudal y de Mieres a principios de siglo XX.

Piñeiro viajó a España en 1929 con su grupo, el Septeto Nacional, para actuar en la Expo Iberoamericana de Sevilla. Intenta visitar a su padre, pero descubre que ha muerto, entonces hace una nueva letra después de cruzar Asturias “y tocar en Oviedo, Cangas de Narcea y Grado”

Asturias, Patria Querida es el himno oficial del Principado de Asturias, según establece la Ley 1/1984 de 27 de abril. Se trata de una canción popular, que estaba tan arraigada entre los asturianos que fue elegida finalmente como himno.

El himno se emplea en los actos solemnes de la Junta General y del Gobierno del Principado de Asturias y suele emplearse también como final de muchos actos de carácter cultural, musical, festivo, etc, acostumbrando a interpretarse y cantarse todos los años en el Día de les Lletres Asturianes (Día de las letras asturianas). Pese a su gran uso y la dignificación que tuvo la canción tras la aprobación de la ley, hay personas dentro de los movimientos asturianistas que lo siguen calificando como «excesivamente festivo y poco comprometido con la lucha.





Asturias, Patria querida,
Asturies, Patria querida
Asturias de mis amores;
Asturies de mios amores
¡quién estuviera en Asturias
¡Ai! ¡quien tuviera n'Asturies
en todas las ocasiones!
en toes les ocasiones.
Tengo de subir al árbol,
Tengo de subir a l' árbol,
tengo de coger la flor,
tengo de coyer la flor
y dársela a mi morena
y dà-yla a la mio morena
que la ponga en el balcón.
que la ponga nel balcón.
Que la ponga en el balcón,
que la ponga nel balcón,
que la deje de poner,
que la dexe de poner,
tengo de subir al árbol
tengo de subir a l' árbol,
y la flor he de coger.
y la flor tengo coyer.

2 comentarios:

  1. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.Viviendo y aprendiendo. Interesante y cultural blog. Precioso saber de tanto pasado asturiano. Gracias por compartirlo.
    Buenas noches.
    Leonor

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    1. Leo, muchas gracias por tu comentario y darme noticias de que has leído entradas de mi blog. De verdad son estas ocasiones las que verdaderamente animan a seguir diciendo cosas que, desde luego, no son muy importantes, pero que sientes un gran placer en prepararlas, publicarlas y, sin lugar a duda, disfrutar de ver lo que se ha hecho y, por supuesto, recibir comentarios tan sentidos como el tuyo.

      Gracias y recibe un cordial saludo.

      José Vicente
      jovialca(arroba)gamil(punto)com

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